EL CONTEXTO ARQUEOLÓGICO
Constituye el contexto arqueológico aquel grupo de materiales culturales que corresponden a un mismo evento de deposición, por lo que no sólo son contemporáneos entre sí, sino que además representan la evidencia directa de una conducta social determinada. Así por ejemplo, un huaco aislado sólo nos puede dar información limitada y restringida a su decoración o a la función inmediata para la cual fue hecho; vale decir: cocinar, almacenar líquidos o servir comida (en términos de forma: olla, botella o plato respectivamente). Sin embargo, la información que nos brinde ese mismo huaco será significativamente superior si sabemos de qué huaca viene (espacio), a qué capa o estrato corresponde (tiempo), y junto a qué otros objetos fue depositado (asociación). El conjunto y naturaleza de los objetos asociados constituye o define el tipo de contexto que ha de investigarse. En consecuencia, el arqueólogo siempre buscará recuperar contextos que indiquen eventos sucedidos en el pasado, como por ejemplo contextos funerarios (entierros humanos), contexto de ofrendas (p. e. pagos a la tierra), contextos domésticos (viviendas), áreas de actividad específicas (talleres de cerámica, textiles, metalúrgicos), etc. La motivación principal de los arqueólogos es la búsqueda e investigación de las asociaciones y la interpretación y definición del tipo de contextos que estos hallazgos representan. Su labor no consiste en la recuperación aislada de objetos.
¿PARA QUE SIRVE LA ARQUEOLOGÍA?
La arqueología nos brinda la posibilidad de profundizar temporalmente en los inicios de la historia del hombre, vislumbrando a través de su cultura material (adornos, herramientas, armas, viviendas, etc.) los diversos procesos y descubrimientos que le permitieron ocupar el sitial de privilegio que ahora ostenta. En nuestro país esta ciencia ha sido la responsable de reconstruir nuestro proceso cultural desde que el hombre llego al Perú hace más de catorce mil años.
La Arqueología es también el rescate de tecnologías antiguas, las que se sustentan en una experiencia milenaria de interacción entre el hombre y su medio. Resultado de este conocimiento son los templos, caminos, andenes y obras hidráulicas que nos asombran aún hoy en día. Recuperando esta tecnología ancestral y haciéndola compatible con tecnología de punta deberíamos desarrollar la tecnología adecuada que un país como el nuestro necesita para afrontar de manera competitiva el reto de este milenio. La arqueología es también sinónimo de progreso y divisas para nuestro país animando inversiones públicas y privadas que contribuyen significativamente a elevar el estándar de vida y el progreso de los peruanos. Sin embargo, el aporte más significativo que nos ha brindado es el de poder identificarnos todos como un mismo pueblo, con sólidas y profundas raíces históricas, a partir del cual se forman los rasgos fuertes del joven rostro de nuestra identidad nacional.
¿QUE ES LA ARQUEOLOGÍA?
La arqueología es la disciplina científica que estudia a la cultura humana a través de la recuperación, documentación, análisis e interpretación de las evidencias materiales (cultura material) y su relación con el medio ambiente (paisaje). La labor del arqueólogo puede compararse con la de un policía. Al iniciar sus pesquisas, ambos profesionales se hacen las mismas preguntas básicas: ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿por qué? y ¿por quienes? El oficial de policía pretende resolver un delito a través del análisis cuidadoso de las evidencias que deja el infractor en la escena del crimen, para lo cual ha desarrollado su propio método: interroga testigos, registra el lugar de los hechos, realiza diversos tipos de peritajes, etc. Asimismo, el arqueólogo investiga sobre el tiempo, lugar y causas que llevaron al origen, desarrollo y desaparición de las antiguas sociedades o culturas, las que son protagonistas de sus investigaciones.
Los métodos de investigación están constituidos por la Prospección y la Excavación Científica. Mediante la primera se realizan recorridos en áreas específicas con el fin de reconocer e identificar vestigios visibles apreciables. La excavación pretende recuperar aquellas asociaciones que forman los contextos a investigar. La manera metódica y paciente de este procedimiento, que tiene al registro como parte fundamental del mismo (dibujos, fotos, medidas, etc.), permite recuperar todos los objetos correspondientes al área excavada y reconstruir en el laboratorio su disposición original al momento de ser hallados. De esta manera, cada uno de los objetos recuperados constituye un dato. Sólo su recuperación controlada, de acuerdo a los puntos señalados, garantiza su posterior y correcta interpretación.
LOS PRINCIPIOS DE LA INTERPRETACIÓN ARQUEOLÓGICA
Para poder recuperar la información contenida en los restos materiales, el arqueólogo debe considerar tres principios básicos:
Estratigrafía: Según este principio de superposición de capas naturales o artificiales (también llamados estratos), nos indican que la capa que está más abajo se formó primero y, por lo tanto, que es más antigua; mientras que la capa que está encima se formó luego y por lo tanto resulta ser más reciente. Con ayuda de este principio, el arqueólogo ordena en el tiempo (cronología) el material cultural recuperado de cada estrato o capa, es decir, de lo más antiguo a lo más reciente.
Asociación: Por este principio el arqueólogo debe saber identificar las relaciones entre los objetos y artefactos que encuentra durante la excavación científica. Por ejemplo si fueron depositados juntos como parte del ajuar funerario de un individuo. Este principio es muy importante al momento de definir eventos específicos de la actividad humana: una sepultura, un grupo de ofrendas, un fogón, el taller de un artesano, etc. El concepto de contexto está estrechamente ligado a este principio.
Recurrencia: Este principio trata de establecer si las relaciones identificadas por el principio de Asociación se repiten de manera regular en un tiempo y en un espacio determinado. Si esto es así, estaríamos ante la manifestación material de una conducta social definida y diferenciable de otras; es decir, frente a una característica o patrón cultural de una sociedad particular. De esta manera, resulta fácil para el arqueólogo diferenciar los entierros de la cultura Mochica de los Nasca, debido no sólo a que estas culturas estaban separadas por el espacio, sino porque además cada una sepultaba a sus pobladores de diferentes formas, de acuerdo a los ritos propios de sus creencias religiosas.
En el siguiente post, veremos otros interesantes temas sobre la arqueología.
BIBLIOGRAFIA DE REFERENCIA
Bianchi, R. (1982). Introducción a la arqueología. Madrid: AKAL.
Domingo, I., Burke, H. y Smith, C. (2007), Manual de campo del arqueólogo, Barcelona: Ediciones Akal.
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Lumbreras, L. G. (2005), Arqueología y Sociedad. Enrique González Carré y Carlos Del Águila (editores), Instituto de Estudios Peruanos, Lima.
Renfrew, C. y Bahn, P. (1993), Arqueología: teorías, métodos y práctica, Madrid: Ediciones Akal.
Renfrew, C. y Bahn, P. (2008), Arqueología. Conceptos clave, Barcelona: Ediciones Akal.
Presentación
«Arqueología Hoy» es un blog creado por tres jóvenes arqueólogos peruanos con muchas cosas para decir acerca de la arqueología y la gestión del patrimonio en el Perú y en el extranjero.
Este blog será un nuevo espacio para compartir nuestras experiencias de campo, nuestras discusiones teóricas, nuestras opiniones sobre la actualidad de la academia y compartir reseñas de libros, viajes, proyectos y los diálogos con colegas.
Así que acompáñennos en este nuevo proyecto, comenten y compartan sus opiniones. Todos sean bienvenidos. Esto es Arqueología hoy