La música reggae acompaño muchos momentos cotidianos en la vida. En varias de las emisoras radiales, o en fiestas y reuniones a las cuales asistí, siempre tuve la compañía, por lo menos, de una canción del maestro Bob Marley. Temas clásicos como «No Woman No Cry» o «In This Love» son las que me vienen rápido a la mente y, mientras escribo esta nota, en la radio suena «Red Red Wine» de UB40. Además, en Perú hace unos meses asistí a un concierto de Pochy Marambio y Tierra Sur acompañados de Laguna Pai con buena música y como dicen los fanáticos del reggae: «con muy buena vibra».
El 28 de noviembre del 2019 la Convención de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ser reunió en Port Luis, la capital de Mauricio, y declaró al Reggae como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

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Asimismo, y como dato adicional, el reggae se une a la lista de estilos musicales que comparte la condicion de patrimonio de la humanidad, como lo son el flamenco, el tango, el fado , la rumba cubana, la ópera china, el merengue y los mariachis.
A continuación copio algunos fragmentos de la nota publicada por el diario El Pais de España y que me resultaron muy interesantes:
https://elpais.com/cultura/2018/11/29/actualidad/1543478478_288360.html
La música reggae jamaicana, que alcanzó la fama gracias a artistas legendarios como Bob Marley, ha quedado inscrita este jueves en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.
«Su aportación a la reflexión internacional sobre cuestiones como la injusticia, la resistencia, el amor y la condición humana pone de relieve la fuerza intelectual, sociopolítica, espiritual y sensual de este elemento del patrimonio cultural», explica la organización en un comunicado.
La Unesco destaca que el reggae «conserva intactas toda una serie de funciones sociales básicas de la música —vehículo de opiniones sociales, práctica catártica y loa religiosa— y sigue siendo un medio de expresión cultural del conjunto de la población jamaicana».

La organización de la ONU recuerda que ese género musical surgió de una «amalgama de antiguos ritmos musicales jamaicanos y de otros de orígenes muy diversos: caribeños, latinoamericanos y norteamericanos». En todos los niveles del sistema educativo del país, agrega, «está presente la enseñanza de esta música, desde los jardines de infancia hasta las universidades».
«Es un día histórico», ha celebrado la ministra de Cultura de Jamaica, Olivia Grange, que viajó a Mauricio para la ocasión. «Subraya la importancia de nuestra cultura y nuestra música cuyo tema y mensaje es amor, unión y paz», ha indicado en una entrevista con la AFP.
Recuerda también que, aunque al principio fue una expresión musical de comunidades marginadas, con el tiempo fue «abrazado por amplios sectores de la sociedad sin distinción de sexo, etnia o religión».
El reggae se desarrolló en los años sesenta a partir del ska y del rocksteady, e integró influencias del soul y del rythm and blues estadounidenses. Este estilo musical caribeño se popularizó rápidamente en Estados Unidos y el Reino Unido, gracias a los numerosos inmigrantes jamaicanos llegados después de la II Guerra Mundial. A menudo se reivindicó como la música de los oprimidos, abordando temas sociales y políticos, la prisión y las desigualdades. El reggae es indisociable del movimiento espiritual rastafari, que sacraliza al emperador etíope Hailé Selassié y promueve el uso de la marihuana.
En 1968, la canción Do the Reggay de Toots and the Maytals fue la primera en utilizar el nombre reggae, un ritmo que luego cosechó un enorme éxito mundial gracias a los grandes clásicos de Bob Marley y su grupo The Wailers, entre ellos como No Woman, No Cry, Stir It Up o I Shot the Sheriff.
Este ritmo se une así a una lista creada en 2003 y en la que ya figuran cerca de 400 tradiciones o expresiones culturales que van desde la pizza napolitana hasta el flamenco, pasando por la cerveza belga, el yoga o el tango.
